Una fundación de ojos,
le atraviesa el alma,
solo la luz de la mañana
le despierta
a veces, la mirada.
viene de aquel atajo
desvirtuado de la villa,
con el paco escondido
en la bolsita de los mandados.
no hay sueño mas
soñado
que ése sueño que lo atrapa
y le descubre como herencia
un sinfin de soledades.
apenas es un niño.
un niño agrietado
y olvidado.
la última fila
de casillas
como en un tren interminable
le devuelve su historia
a cada paso.
lejos, muy lejos
de la justicia.
maria teresa difalco
miércoles, 15 de julio de 2009
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